jueves, 16 de marzo de 2023

Repercusiones de vivir en un medio ambiente poco saludable

De acuerdo con los especialistas, 9 de cada 10 personas sufren de algún malestar derivado de los problemas en el medio ambiente

El estilo de vida y las acciones que realiza el ser humano día con día pueden afectar al medio ambiente, lo que genera repercusiones negativas sobre la salud de todos los habitantes. Debido a ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra que anualmente mueren alrededor de 12.6 millones de personas a causa de vivir en un medio ambiente poco saludable.

En ese sentido, problemas medioambientales como la contaminación del aire, se han vuelto una de las principales alertas para la OMS. De acuerdo a sus datos, nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado. Y a nivel mundial, la contaminación del aire es responsable del 7% de las muertes por cáncer de pulmón.

Durante la pandemia, los niveles de CO2 disminuyeron hasta alcanzar mínimos históricos. Sin embargo, este efecto comenzó a revertirse una vez se levantaron las medidas de emergencia.

Por otra parte, los especialistas han señalado que el cambio climático, la deforestación y el crecimiento de la industria ponen en peligro el agua dulce. Asimismo, las principales afectaciones medioambientales perjudican la calidad de la misma.

Con relación a la industria de la construcción, esta contribuye en cerca del 23% de la contaminación atmosférica. Mientras que, contamina en un 40% el agua potable en el mundo.

Estos cambios no solo afectan a los seres humanos, también afectan de forma significativa a los animales, quienes tienen que cambiar su forma de vida y reducen su población.

Sostenibilidad y medio ambiente

Derivado de la situación actual del medio ambiente, la sostenibilidad se ha vuelto fundamental en el mundo. Esto deriva en tres pilares: crecimiento económico, desarrollo social y protección medioambiental.

No obstante, el principal objetivo de este recurso es la gestión responsable de los recursos que componen el planeta.

El uso del término no es nuevo, puesto que hace su aparición alrededor de 1987 durante el Informe de Burtlan, que lo definía como “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades del futuro para atender sus propias necesidades”.

Construcción sostenible

Bajo esta premisa, la arquitectura se ha visto involucrada hasta el punto de llegar a replantear el modelo de diseñar, construir y utilizar los edificios. Para ello, se sustituyen prácticas habituales por otras más ecológicas.

En ese sentido, una construcción sostenible es respetuosa con el entorno y se adapta a sus condiciones. Además, ahorra recursos mediante el uso de materiales de bajo impacto ambiental y social a lo largo de su ciclo de vida.

Por otra parte, es consciente del ahorro energético debido a la puesta en práctica de estrategias de bioconstrucción. Asimismo, hace uso de energías renovables e implementa la eficiencia energética.

En otro contexto, una construcción sostenible se basa en la reutilización y el reciclaje de materiales a lo largo de su ciclo de vida; desde su diseño hasta el momento de su derribo.

Finalmente, se debe tener en cuenta que la implementación de métodos sostenibles ayudará a mejorar el medio ambiente y con ello, la calidad de vida de las personas que habitan el planeta.

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Jackeline Valle

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