Por Félix Sánchez*
Por si alguien duda que el azar funciona al derecho y al revés, les platico cómo empezó a transmitirse en Centro Urbano, que atinadamente dirige Horacio Urbano, las sesiones de Utópolis. Hace dos semanas tuvimos la edición 50.
Fue hace poco más de un año, ya en plena pandemia de Covid-19 y siendo de los afortunados de contar con internet y poder realizar muchas actividades desde mi casa -nunca mejor descrita como mi refugio- que recibí una llamada de Horacio para tener una platica de una hora en Centro Urbano sobre que opinaba de la arquitectura y la pandemia.
Lo menos que dije fue que la ventilación cruzada, los balcones y las terrazas serían lo de ahora, como hace 100 años con la fiebre española y la nueva arquitectura de la salud. Hoy aunado a esto la visión del barrio y los espacios abiertos públicos serán la causa del nuevo urbanismo.
En eso estábamos cuando el tiempo de transmisión se acabó. Antes de terminar, me pidió si le recomendaba algunos colegas para platicar en futuras sesiones. Y le dije te tengo a dos estupendos platicadores : Alejandro Rivadeneyra y Billy Springal, con quienes hicimos el Taller de Titulación llamado Utópolis en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Un taller de gente brillante con resultados muy satisfactorios que termino su ciclo antes de tiempo en mi opinión.
Esta propuesta la agarró al vuelo Horacio y me dijo: «¿por qué no ustedes tres el siguiente viernes nos platican de Utópolis? Importa señalar que el programa de Centro Urbano es los viernes a las seis de la tarde… “viernes de cuba, tequila, mezcal o lo que quieran, es viernes y relájense” empezaba Horacio.
A partir del siguiente viernes Alejandro nos demostró sus habilidades para hacer un Martini como debe ser, Billy y sus G&T con jengibre, chile serrano, hierbas aromáticas y buena agua quina y yo emulando al Maestro Mario Pani -que me enseñó muchas cosas, entre otras a tomar negronis-.
Desde luego el repertorio se enriqueció y lo que comenzó como el club de Toby acabó siendo una estimulante programa de discusión sobre el futuro de la ciudad visto desde muchas capas vivas. Y sí, la utopía sirve para eso y mucho más. Muy pronto el programa pasó de una hora a dos con vistas de más de 1,000 oyentes y se convirtió en un foro diverso.
Doy un par de datos : Tuvimos 125 invitados: 55 mujeres, 42 hombres, pocos repitieron. Aparecieron activistas, artistas, teóricos, antropólogos y demás personas que inciden en la vida de la ciudad. Fue un gran palimpsesto. Una discusión de varias capas entre amigos que tienen saberes diferentes y les interesa su ciudad y su mejoría. Mucha ideas y políticas urbanas saldrán de estas sesiones.
Justo en la sesión 50 invitamos a estar en vivo a todos los que había participado. Fue una fiesta. Gran emoción poderse emocionar a través del zoom. Increíble pero mucho del futuro será así, parte virtual y gran parte real.
Ahí anunciamos que juntos haremos un libro, tarea fundamental, de alto riesgo y creatividad para reflejar los dicho en las sesiones de todos estos viernes, que a mí se me fueron muy rápido. Paso el tiempo de viernes en viernes. Y como ya casi estamos de regreso con el semáforo amarillo-verdoso, con vacunas y cuidándonos podemos retomar una vez al mes las siguientes sesiones de Utópolis.
Creo que nos queda una amistad muy productiva de este azaroso encuentro. Los invitamos a seguir siendo parte de la saga. Gracias por oír y participar, es lo que les puedo decir. Si les interesa pueden ver los 50 programas en línea, basta meterse a la página de Utópolis en Centro Urbano y verlas de rato en rato y de vez en vez, como el azar lo permite.
*Félix Sánchez
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Columnista invitado
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