Por Carmen Contreras*
La extinción del agua es consecuencia de las transformaciones históricas de la Ciudad de México impulsada por la política urbana que condujo a la expansión de los asentamientos regulares e irregulares en Xochimilco y Tláhuac. Aquí me refiero a política urbana para definir aquellos instrumentos jurídicos, administrativos y de planeación orientados con fines políticos para determinar un perfil específico de los espacios sociales que conforman la ciudad.
La política urbana para la Ciudad de México en los últimos tres años se ha caracterizado por desarrollar obras para el uso de automóviles y presentarlas a la opinión pública como “grandes acontecimientos”. En el caso particular de Xochimilco, el Gobierno de la Ciudad de México y la empresa IDINSA han publicitado la construcción del puente vehicular de Cuemanco como una obra necesaria para desahogar el tráfico de la zona sur de la capital, sin que haya un análisis de lo que sucederá en términos socio-ambientales en lo futuro para la región con mayor valor ambiental en nuestra ciudad y declarada patrimonio por la UNESCO. Véase en: http://grupoidinsa.com/pcanal.htm
Sin embargo, la política urbana también la hacen los grupos y comunidades que se consideran afectados por lo que dicen los instrumentos de planeación y las obras cuando se desarrollan al margen de la participación social. Los habitantes de Xochimilco, -en donde existe una fuerte organización política-, han sido los más combativos para preservar el valor ambiental de la región lacustre y siempre han logrado hacer que se escuchen sus voces.
Desde el tiempo del Frente Emiliano Zapata para la Defensa del Ejido (FEZDE) en los años noventa, hasta el movimiento #YoProtejoElHumedal, los reclamos de los xochimilcas han sido por: 1) Garantizar que haya zonas de recarga acuífera que benefician a toda la ciudad, 2) Detener las inundaciones a los ejidos, 3) Ampliar las zonas agrícolas dentro de los numerosos “planes de rescate” de Xochimilco que han existido desde la época de Carlos Salinas de Gortari y Manuel Camacho Solís, cuyos pasos están siendo replicados por el actual Gobierno de la Ciudad de México al presentar un proyecto de restauración de los humedales que desaparecieron con el avance de las obras del puente vehicular y que consiste en sembrar plantas en cajetes e integrar espejos de agua ornamentales debajo del puente vehicular.
La actual administración de Claudia Sheinbaum también reinauguró el Parque Ecológico de Xochimilco como medida de compensación del puente vehicular, de la misma forma que la regencia del entonces Departamento del Distrito Federal hiciera con la construcción de dicho parque dentro del Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco de 1990.
Cabe recordar que en el Plan Nacional de Desarrollo salinista 1989-1994, dentro del capítulo denominado “Mejoramiento de las condiciones de vida en la Ciudad de México”, se menciona que Xochimilco debe recibir una atención especial con el objetivo de rescatarlo y preservarlo por su importancia como patrimonio del país, “… fomentando en esa dirección el apoyo financiero, social y privado, y reglamentando las finalidades de uso de suelo y las actividades que en él se realizan” (p.p. 119-120).
También en aquel documento se mencionó que se debía “impedir la urbanización de la ciénega y la chinampería amenazadas por el crecimiento de la mancha urbana”. Sin embargo, en 1987 las autoridades locales determinaron que en el Plan Parcial de Desarrollo Urbano de la Delegación Xochimilco de ese año los ejidos de Xochimilco (con extensión de 780-56-61 hectáreas) y de San Gregorio Atlapulco (con extensión de 258-33-00 hectáreas), cambiaran a uso habitacional de 400 habitantes por hectárea, de equipamiento para recreación y deportes, de equipamiento para comunicaciones y transportes, de equipamiento de servicios y administración en el tramo comprendido de avenida Canal de Chalco hasta Anillo Periférico.
Estos cambios fueron aprobados y publicados el 3 de noviembre de 1989 en el Diario Oficial de la Federación (páginas 9-14), pocos días antes de que se diera a conocer el decreto de expropiación de los ejidos de Xochimilco y San Gregorio. Esta fue la política urbana con la cual se construyó el Parque Ecológico de Xochimilco vuelto a inaugurar por Claudia Sheinbaum.
Como sucedió el 26 de septiembre de 1989 en el Museo de la Ciudad de México, día en que los ejidatarios se manifestaron en contra de la construcción del Parque Ecológico de Xochimilco sobre tierras ejidales, ayer 18 de julio, el movimiento #YoProtejoElHumedal usando recursos tecnológicos, iniciaron una protesta virtual y presencial en contra de otra modificación de la región lacustre, esta vez, con la construcción de un puente vehicular. ¿Qué obras son necesarias para Xochimilco para este movimiento? Las que incrementen la recarga de los acuíferos, prevengan las inundaciones y hundimientos y respeten la biodiversidad. Comprensible.
Texto y fotografía: Carmen Contreras
*Directora de Perspectivas de IG y Consultora en Desarrollo Urbano con Perspectiva de Género
La entrada El movimiento #YoProtejoElHumedal y la disputa por Xochimilco se publicó primero en Centro Urbano .
Columnista invitado
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