El concepto de regeneración urbana y recuperación del entorno ha sido protagonista en últimas semanas. Tanto Sedatu como Infonavit han insistido en el tema como una solución en el marco de atención del fenómeno de la vivienda abandonada.
Y es que, en términos generales, las autoridades coinciden en el diagnóstico: la vivienda abandonada es resultado de conjuntos urbanos mal localizados, carentes de servicios e infraestructura, que han caído en una lógica de deterioro en diversos rubros que convierten el panorama de esas zonas en un escenario desolador para las familias. Esto, sin contemplad factores de orden social, que dificultan la labor y bajan la calidad de vida, como el tema de la inseguridad.
El ejemplo al que acuden las autoridades para ejemplificar la problemática es el de los municipios de la frontera norte. En estos, la perspectiva se torna compleja, pues se muestran viviendas no sólo deshabitadas, sino vandalizadas, lo que recrudece la imagen.
Y en este clima de deplorables circunstancias, la regeneración urbana aparece como la luz al final del túnel. Sin duda, a pesar que la tarea se antoja titánica, esfuerzos como los emprendidos por diversas organizaciones que concentran su esfuerzos en la regeneración, entre ellos la Alianza para la Regeneración Urbana (ARU), Provive y Fundación Tu+Yo, dan muestra que esta es la apuesta a seguir.
Y es que se debe tener en cuenta que la regeneración urbana y la recuperación del entorno es un concepto profundo, que va más allá de pintar o mejorar el aspecto de las casas y las comunidades. Es un concepto que busca trastocar la esencia misma de las familias que habitan los sitios para cambiar la cara de las zonas que parecen sin esperanza.
En esa línea se ha pronunciado Carlos Martínez. El Director General del Infonavit ha reconocido que nada sirve recuperar una vivienda y retornarla al mercado si el fenómeno por el que fue abandonada se mantiene.
Al respecto, las autoridades ya hablan de un Plan Nacional de Recuperación de Vivienda. Este esquema, según los pequeños detalles que se han mostrado, tomará como bandera a la regeneración urbana y recuperación del entorno.
Sin duda resulta interesante conocer el modelo que plantearán para atender la problemática. Leía en redes sociales un comentario muy atinado al respecto, en donde se calificaba a este fenómeno de la vivienda abandonada como el “monstruo de mil cabezas”.
Y la definición no resultaría menor. La problemática requiere de un análisis casuístico para conocer cómo atender el problema. Porque cada ejemplo tiene sus matices. Como lo reportado por la propia ARU en Baja California, en donde no sólo detalla que el fenómeno de la vivienda abandona crece, sino que, además que se abandona, a la postre se invade, lo que ya contempla un tema de ilegalidad.
En el caso del Infonavit, su director señaló que en marzo habría detalles del programa de recuperación. Incluso Sedatu, sin precisar más, expuso que ya se trabaja en un censo de gran calado para conocer los niveles reales del fenómeno de la vivienda abandonada, pues, a pesar de manejar la existencia de 5 millones de viviendas abandonadas a nivel nacional, el titular de la Secretaría reconoció que no hay información exacta al respecto.
El punto rescatable es impulsar un esquema con esta visión dual, en donde vivienda y entorno son elementos indivisibles. Y más, porque como se ha manejado desde la aprobación de la Nueva Agenda Urbana, ya no es posible hablar de la vivienda como un elemento aislado, sino como una composición integral, en donde las viviendas y las ciudades, en este caso el entorno, deben caminar de la mano.
El artículo Regeneración, el camino para atender la vivienda abandonada fue escrito en Portal inmobiliario, de arquitectura y diseño..
Edgar Rosas
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