Por Kalycho Escoffié*
Las autoridades encargadas del proyecto Tren Maya han advertido los problemas que podría generar la especulación inmobiliaria a lo largo su trazo. Adrián Montemayor, encargado de prensa del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), señaló en agosto de este año advirtió de posibles fraudes en varias ofertas de terrenos con “alta plusvalía” que aseguran estar cerca de las vías o de estaciones y paraderos de la obra. A pesar de esto, las ofertas de especulación parecieran no solo ceder, sino que comienzan a promocionarse en cada vez más ciudades del país e incluso del extranjero. Los efectos de esta especulación, la cual se suma a los temores de una posible burbuja inmobiliaria de lotes de inversión en la Península de Yucatán, deben ser motivo de aumentar las alertas.
Existen empresas que promocionan lotes de inversión en poblaciones con algunos de las 19 estaciones o de los 11 paraderos que se prevé para los más de 1,500 km que abarcará el Tren Maya. Las primeras sospechas surgen cuando se contrasta la lista oficial de estaciones y paraderos anunciados por Fonatur (la cual se puede consultar en https://www.trenmaya.gob.mx/trazo/) con las poblaciones en las que se encuentran muchos de estos terrenos ofertados. Cuando se le cuestiona a los agentes sobre esta discordancia, suelen argumentar que si bien el paradero o la estación no está en la población donde se encuentran los terrenos sí se encuentra en otra población “a tan solo unos cuantos minutos”.
Pero, además, estos terrenos suelen encontrarse en poblaciones pequeñas con poblaciones principalmente dedicadas a la agricultura o a realizar labores obreras en poblaciones urbanas como Mérida, Cancún, Campeche o Valladolid. Nadie pone en duda que un proyecto con la envergadura planteada para el Tren Maya generaría cambios en la dinámica económica de muchas poblaciones, así como en la migración al interior de cada entidad. Muchas ofertas están exagerando el impacto que tendría en cuanto a desarrollo habitacional. Por ejemplo, a lo largo de la Península de Yucatán existen diversos paraderos turísticos ampliamente frecuentados por turistas que se dirigen a Edzná, Palenque, Chichen Itzá o Uxmal. No obstante, esto no se ha traducido en una transformación del entorno rural a uno urbano, ni mucho menos desencadenado una demanda habitacional que justifique desarrollos inmobiliarios de entre 200 y 500 lotes, como los que se están promocionando en muchos puntos.
A esto se suma que el hecho de que si bien se ha señalado en qué poblaciones se instalarán estaciones o paraderos, no se han hecho públicas sus ubicaciones exactas en ellas. Esto pone en tela de juicio cualquier terreno que asegure estar “junto a una estación del Tren Maya”. Por si fuera poco, también se ha cuestionado mucho la situación legal de muchos de estos lotes, algunos de los cuales podrían estar en ejidos, suelos de conservación e incluso áreas naturales protegidas.
Los riesgos de fraudes inmobiliarios en el contexto actual de la Península de Yucatán son mayores para la gente de otros estados del país, los cuales son susceptibles a información falsa o al menos incompleta, debido a quienes se aprovechan de su desconocimiento de la zona y el contexto. Con la llegada del Tren Maya este problema adquiere un segundo aire que debe ser advertido, sobre todo porque este tipo de ofertas, incluyendo las más cuestionables, continúan en aumento.
*Kalycho Escoffié
Carla Luisa Escoffié Duarte
Directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.
Twitter: @kalycho
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Columnista invitado
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