De acuerdo con el WRI México, la respuesta que adopten los gobiernos para hacer frente al Covid-19, debe enfocarse en la creación de ciudades igualitarias y resilientes
Gobiernos de todo el mundo han dado órdenes de confinamiento en casa y establecido pautas de distanciamiento social como medidas para frenar la línea de contagios de Covid-19. Sin embargo, para millones de personas que viven en situación de pobreza en las ciudades, estas medidas son imposibles de llevar a cabo.
Si bien hay ciudadanos que cuentan con un espacio de vivienda adecuado, acceso a servicios básicos, una fuente de ingresos y redes de seguridad social para sobrevivir durante la contingencia, esta no es la realidad para muchas ciudades de Asia, África y América Latina, entre ellas México.
Este martes 21 de abril fue decretada la Fase 3 de la pandemia de Covid-19 en el país, y ya ha traído afectaciones para muchos sectores de la industria, y, por consiguiente, afectaciones económicas para miles de familias.
Por ello, de acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI México), resulta imperativo entender que, la respuesta que adopten los gobiernos para hacer frente al virus Covid-19, debe enfocarse en la creación de ciudades más igualitarias y resilientes a futuras enfermedades y otros desastres.
Ante este panorama, el organismo realizó el informe ‘Hacia una ciudad más igualitaria’; en el que se detallan algunas formas en las que la pandemia afecta a las ciudades; y cuáles son algunas de las soluciones para mitigar ese impacto y, a la vez, construir urbes más fuertes y resilientes.
Falta de acceso a servicios básicos
El confinamiento y el distanciamiento social son medidas críticas para hacer frente a la pandemia; sin embargo, son imposibles de seguir sin el acceso a servicios esenciales como agua, vivienda y salud.
“Reconocer que existe una profunda desigualdad social en las ciudades y garantizar el acceso universal a los servicios básicos es clave para aplanar la curva de contagio y del coronavirus y para construir resiliencia”, señala el WRI; y propone las siguientes soluciones:
- Los proveedores de atención a la salud deben redoblar esfuerzos para proporcionar acceso a los servicios de emergencia en las zonas más desatendidas de las ciudades; así como para ayudar a los que necesiten ponerse en cuarentena.
- Los gobiernos municipales deben trabajar estrechamente con los líderes comunitarios y las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que trabajan en los asentamientos informales y otras comunidades de riesgo; tanto para comprender mejor lo que está sucediendo sobre el terreno como para comunicar mensajes sanitarios clave.
Acceso a viviendas asequibles y espacios públicos
Actualmente, más de mil millones de personas viven en barrios marginales y asentamientos informales en todo el mundo. Además, en las ciudades en desarrollo, entre el 50 y el 80% del empleo es informal; por lo que muchas familias viven al día y no tienen cuentas bancarias, contratos laborales o algún tipo de seguro.
En resumen, en el mundo hay miles de millones de personas que carecen de los recursos para obedecer las órdenes de confinamiento y sobrevivir.
Por esta razón, es esencial que los gobiernos adopten medidas para que las personas tengan acceso a viviendas asequibles y a espacios públicos; y que garanticen un crecimiento urbano planificado que mejore las condiciones de vida de los residentes de asentamientos informales.
Acceso a agua potable, saneamiento e higiene
Invertir en servicios de saneamiento y en garantizar el acceso universal al agua potable es esencial para la salud pública. Por ello, el WRI propone a los gobiernos priorizar tres estrategias; las cuales ayudarán a que las comunidades estén listas para afrontar futuras crisis hídricas y de salud:
- Invertir en el acceso al agua potable y en saneamiento; para hacer el agua más asequible y garantizar el suministro para todos.
- Gestionar los recursos hídricos; para que todos dispongan de acceso a agua potable.
- Impulsar la inversión en infraestructuras naturales; como cuencas hidrográficas boscosas y llanuras aluviales, que son suministros abundantes de agua potable.
Paralización del transporte
En estos momentos, donde la gente evita las multitudes para evitar contagios de Covid-19 y el movimiento está restringido, la demanda del transporte público ha disminuido drásticamente; y lo mismo sucede con los viajes, tanto locales como internacionales.
Hasta el momento, se estima una reducción del 60% en la demanda; lo que se traduce en menores ingresos para el sector y en el deterioro de la oferta y cobertura del servicio.
Por ello, el WRI México propone la adopción de las siguientes medidas:
- Adoptar una visión de Estado; una intervención conjunta con el liderazgo del gobierno federal, en coordinación con los gobiernos locales.
- Priorizar el diseño y la implementación de medidas que brinden seguridad laboral a las personas trabajadoras del sector.
- Asignar fondos de emergencia entregados a través de mecanismos transparentes y eficientes; que aporten a la sostenibilidad financiera y operativa de largo plazo.
- Diseñar esquemas de apoyo federal que contribuyan a la reactivación financiera, económica y social del transporte público.
- Priorizar la aplicación de recursos en sistemas que cuenten con mecanismos de ejecución transparentes y eficientes.
- Prever la recuperación del sector, tomando en cuenta no sólo la compensación de las pérdidas sino la inversión que reactive su transformación y mejora.
- Establecer esquemas legales e institucionales futuros que prevean la ocurrencia de contingencias y otras emergencias.
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Fernanda Hernández
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