Por Assenet Lavalle.*
El municipio de Puebla es el sexto más poblado de México, con 1,692,181 habitantes (1). Ha seguido un modelo de expansión dispersa durante los últimos 40 años: en 1980, la ciudad cubría 6 mil 669 ha, el 11.8% de la superficie total municipal. En 2019, cubría 22 mil 794 ha, el 40.5% del territorio (un incremento de la superficie urbana 3.4 veces, a una tasa anual de 6.2%). Pero el ritmo de crecimiento poblacional ha sido sensiblemente menor -la población en 1980 era de 835,759 habitantes: apenas se duplicó en 40 años-(2).
En el municipio existen 518,306 viviendas, de las cuales 67 mil 607 son viviendas deshabitadas (1). La mayor proporción de estas se localiza en dos tipos de zonas: en las periferias y en la zona centro (ciudad fundacional) y su contorno más próximo llamada Zona de Monumentos Históricos; ésta aporta el 29.1% de la vivienda deshabitada, lo que muestra el intenso proceso de despoblamiento del Centro Histórico (2).
Aquí, los pobladores de las viviendas tradicionales, pobres, principalmente habitando vecindades en completo deterioro y en condiciones de hacinamiento conviven con los usos de suelo rentables, es decir: los comercios (formales e informales), los servicios gubernamentales y la muy reciente oferta de pequeños departamentos para la población de medios y altos ingresos en edificios recuperados.
No existe ningún proyecto para frenar la salida de los últimos pobladores ni para evitar el deterioro de los inmuebles, sin embargo, es evidente la llegada de cada vez más nuevos habitantes, de mayor renta. 51.1% de la población municipal obtiene ingresos inferiores a la línea de bienestar; no cuentan con recursos suficientes para adquirir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, incluyendo la adquisición de vivienda (4).
¿Cuál es la razón de que los escasos habitantes del Centro Histórico de Puebla sigan viviendo allí, en malas condiciones de habitabilidad? La respuesta es la localización. Trabajan en el comercio formal e informal de la zona, se trata de habitantes históricos que rentan a costos muy bajos (los dueños se han resignado a ver sus propiedades pauperizarse con el tiempo), en algunos casos se trata de invasores de inmuebles o de personas dedicadas a actividades ilícitas (el área es una de las de mayor inseguridad en el municipio). Actualmente el Ayuntamiento de Puebla ha implementado un programa de vivienda para la zona, pero con serias limitaciones. La visión es netamente neoliberal:
- Estímulos fiscales a los empresarios constructores de una sola asociación gremial (monopolio).
- Acceso a la vivienda solo mediante los créditos tradicionales (Infonavit), lo que reduce a una población mínima (ni los empleados del Ayuntamiento tendrán acceso por su baja capacidad).
- No acompaña el programa de instrumentos de planeación que permitan localizar la construcción de viviendas.
- Claros objetivos de no más que la “reactivación económica”. Deja el proyecto completamente al mercado (lo cual ya ha demostrado sus resultados).
Fuentes:
- INEGI, 2020. Censo de población y vivienda 2020.
- IMPLAN, 2021. Programa de Vivienda para el Municipio de Puebla.
- Registro Único de Vivienda, 2019. Sitio web portal.ruv.org.mx
- Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 2010. Sitio web coneval.org.mx
*Consultora ambiental y urbana, con amplia experiencia como funcionaria en materia de ordenamiento territorial, desarrollo urbano, vivienda, tenencia de la tierra y asentamientos irregulares, catastro e información geográfica para proyectos urbanos, medio ambiente y ordenamiento ecológico.
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Columnista invitado
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