A poco más de tres meses que concluya el 2019, el diagnóstico es unánime: el sector vivienda esta desahuciado, por lo que, en términos de avances para la industria, el año está perdido y no queda más que acelerar la definición en la política pública para comenzar a trabajar en 2020 y procurar que este sea un buen año que compense la actividad y compense lo que hasta hoy hemos visto.
Y en eso coinciden diversos empresarios y personalidades del sector vivienda e inmobiliario con los que he tenido la oportunidad de pláticar estas dos últimas semanas. En este sentido, hacen énfasis en la necesidad de que llegue la Política Nacional de Vivienda y que en ella se definan los impulsores correctos para regresarle la velocidad al tren de la vivienda.
Por lo pronto, subrayan que en el 2019 la perspectiva será negativa y por el mes en el que nos encontramos, será muy difícil acelerar el dinamismo en el sector. Así que, 2019 cerrará por debajo de 2018.
Por ello, las esperanzas están puestas en la Política Nacional de Vivienda. Pero sobre todo, el sector confía que la palabra empeñada por las autoridades, en la que han asegurado que se respetarán los planteamientos que se han dejado ver hasta ahora y que se tomará en cuenta la visión de todos los actores del sector para construir una política integral que ayude a atender el reto en materia habitacional y reactive la industria, se mantendrá.
Sin embargo, aunque existe esta confianza, aún queda la espina clavada por lo que pasó con el subsidio y el cambio sorpresivo que se vio. Y es que cabe recordar que, en la etapa de transición, el entonces gobierno entrante prometió, al igual que ahora, que no habría cambios fuertes, y las transformaciones que se realizaran serían en consenso con la industria y con tiempo para su adaptación. No obstante, esto no fue así, y en una jugada repentina, se cambió el modelo del subsidio, dejando prácticamente sin apoyos al sector de los trabajadores formales del Infonavit.
Por el bien del sector, insistieron estos empresarios, la Política de Vivienda no debe traer sorpresas, pues esto sería muy peligroso para la industria y los esfuerzos de encarar el reto en materia de vivienda, lo que afectaría su importancia en términos de apoyar al crecimiento del país, pero, sobre todo, su relevancia en aras de atender el derecho a una vivienda adecuada.
En este sentido, no se debe perder de vista la importancia del sector vivienda. En los últimos años, este sector se ha ubicado como el segundo motor económico del país, sólo por detrás del sector automotriz. Y, más importante, es el aliado clave para atender el reto habitacional, pues las necesidades de vivienda no sólo están en el mejoramiento, sino, buena parte, en el acceso a una vivienda nueva.
El artículo Réquiem por la vivienda en el 2019 fue escrito en Portal de vivienda, inmobiliario, construcción, arquitectura y urbanismo.
Edgar Rosas
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