El especialista propone que los distintos órdenes de gobierno impulsen una política de vivienda más equilibrada; en vez de sólo fomentar el turismo y el crecimiento económico, para evitar el desplazamiento de la población originaria
Luis Alberto Salinas Arreortua, geógrafo investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que la inversión de las inmobiliarias y la vivienda nueva provoca gentrificación en ciudades y pueblos. Debido al aumento de la plusvalía en ciertas zonas la población originaria se ve en la necesidad de migrar a lugares más económicos.
El geógrafo resaltó que en años recientes, la reestructuración de las ciudades se debe a que la población con un alto nivel económico se está concentrando en la búsqueda y ocupación de zonas con ciertas características.
“La gentrificación es un proceso de reestructuración de relaciones sociales en el espacio. Hace referencia a que distintos sectores de la población con mayor capacidad económica se apropian de espacios urbanos que presentan ciertas cualidades. Por ejemplo áreas verdes, buena ubicación, equipamiento, infraestructura y zonas culturales que son muy buscadas por el capital inmobiliario”, explicó.
Salinas Arreortua indicó que con el objetivo de ofrecer más opciones de vivienda a la población con un alto grado de poder adquisitivo, las desarrolladoras e inmobiliarias realizan cambios en las viviendas de determinadas zonas. Estos cambios van desde remodelación de viviendas, creación de edificios, hasta llegada de nuevos comercios.
“Son cambios importantes dirigidos a favorecer más a la población de ingresos medios y altos”, subrayó.
Por esta razón, la zona antes empobrecida se ve invadida por personas de alto nivel económico. De manera que, la población originaria no puede continuar cubriendo los gastos que ahora representan vivir en la colonia, barrio o pueblo.
Necesidad de migración
La población que ya no puede costearse la vida cotidiana en la Ciudad de México se ve en la necesidad de migrar hacia el Estado de México e Hidalgo. Sin embargo esta no es la solución a la estabilidad de su economía ya que los nuevos pobladores se enfrentan a otro problema: la movilidad.
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Debido a que las personas originarias de la CDMX se mudan a la periferia se encuentran a una gran distancia de sus trabajos y escuelas; por esta razón, ahora, deben realizar traslados hasta de dos horas de camino y gastar bastante en transporte.
“Además, carecen de servicios básicos como agua y drenaje, y con frecuencia abandonan esas zonas lejanas para buscar nuevas ubicaciones en la ciudad”, indicó el geógrafo.
Respecto a la migración de la población originaria, el investigador de la UNAM resaltó que de 2004 a 2014, las periferias construyeron 500,000 viviendas de interés social. El 53% de estos hogares están ubicados en Tecámac, Zumpango y Huehuetoca, municipios del Estado de México.
La gentrificación no solo afecta a las ciudades
Salinas Arreortua explicó que la gentrificación también se presenta en el sector rural. En destinos que son atractivos culturales, naturales y económicos el sector privado comienza a invertir para realizar proyectos de vivienda, oficina o comercio.
Es por eso que en lugares como los Pueblos Mágicos, dejan de ser viables para la vida cotidiana, pues se encarecen debido a la concentración del turismo nacional e internacional. Por esta razón, el especialista propone que los distintos órdenes de gobierno impulsen una política de vivienda más equilibrada; en vez de sólo fomentar el turismo y el crecimiento económico.
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Rebeca Romero
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