México dispone alrededor del 0.1% del agua dulce disponible a nivel mundial
Sí, México se encuentra dentro de una larga lista de países al borde de una crisis hídrica, ante la escasez de este recurso vital para la humanidad, ocasionado principalmente por los altos índices de consumo, la sobrepoblación y sobreexplotación de los mantos acuíferos, ríos, reservas naturales, mares… ¡y qué decir de la contaminación!
Las cifras no son menores: de acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), en el mundo 17 países identificados, que albergan a una cuarta parte de la población mundial, enfrentan un estrés hídrico extremadamente alto. ¿Qué quiere decir esto?
El WRI se refiere al término de “alto estrés hídrico” como el nivel y porcentaje de consumo de agua con el que las empresas, ciudades, estados y regiones pueden medir y gestionar sus consumos de agua respecto al total del que disponen anualmente.
En los 17 países que enfrentan estrés hídrico extremadamente alto, en un año promedio la agricultura, la industria y los municipios consumen el 80% de las aguas superficiales y subterráneas disponibles.
La situación para México no es nada alentadora; nuestro país se encuentra en el segundo lugar a nivel América Latina y en la posición número 24 en todo el mundo, según el ranking de WRI, con un alto estrés hídrico, es decir donde los altos volúmenes de consumo de agua no se reintegran al ciclo natural de este recurso, así como la falta de métodos para su reutilización.
En México la región noroeste, así como la del Río Bravo y la del Río Lerma en el centro-occidente del país, podrían pintarse dentro del mapa con un riesgo de alto a extremo de crisis hídrica, zonas que son muy conocidas por su alta actividad agricultora, ganadera e industrial.
Por otro lado, en el país aproximadamente 0.1% del agua dulce disponible a nivel mundial, mientras que la mitad del territorio nacional es ocupado por zonas áridas y semi áridas, según datos de Fondo para la Comunicación y Educación Ambiental A.C.
El uso que se da al agua va dirigido en un 76.3% a la agricultura, le sigue el abastecimiento público con 14.6%, mientras que para la energía eléctrica e industria autoabastecida se usa un 4.8% y 4.3% correspondientemente, cifras proporcionadas por Conagua.
En ese sentido, no resulta tan alarmista pensar en que se necesitan políticas públicas que, al mismo tiempo que atiendan este gran reto que se aproxima en materia de agua, inviten a la iniciativa privada, academia y organizaciones a pensar en la seguridad hídrica como un asunto de interés nacional, ambiental, social, urbano y humano.
No tendríamos que esperar que nuestra nación llegue al día en que ya no tenga recursos ni forma de revertir este gran daño si antes de logra establecer el equilibrio hídrico de cada zona del país de acuerdo a sus actividades económicas, fomentar la inversión y la innovación tecnológica, sin escatimar, por el futuro de nuestras generaciones.
Si algo se reconoce es el interés de los gobiernos actuales de involucrar a la sociedad a participar en la mejora de infraestructura, políticas y soluciones, ¿pero serán suficientes ante el gran reto que se avecina?
El artículo México, ¿cerca del ‘Día Cero’ por escasez de agua? fue escrito en Portal de vivienda, inmobiliario, construcción, arquitectura y urbanismo.
Fernando Navarrete
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