Aunque puede ser la solución para los jóvenes por sus bajos ingresos, debe considerarse varios factores
Debido a que sólo 6.5% de los capitalinos con trabajo formal obtiene ingresos superiores a los 12,000 pesos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), poder pagar una hipoteca o una renta de forma independiente puede resultar prohibitivo para muchas personas; por lo que una de la soluciones, sobre todo para los jóvenes, es vivir con amigos.
Sin embargo, Kathy Quintero, vocera de Resuelve tu Deuda, dijo que aún en esta modalidad debe existir la planeación financiera y no destinar más de 30% del ingreso mensual, de lo contario se puede poner en riesgo la estabilidad financiera, ya que comprometer una parte importante del salario impide disponer de ese dinero para soportar algún imprevisto.
“Al mantener el arrendamiento en una cifra mayor se podría correr el riesgo de afectar otros gastos, como alimentación, salud o el pago de deudas. Por lo tanto, si se quiere cubrir una renta de 4,500 pesos, lo ideal es ganar 15,000 para lograr un buen equilibrio financiero”, dijo la especialista.
Además, de acuerdo con diversos portales inmobiliarios, el costo promedio mensual del arrendamiento de un departamento en la Ciudad de México ronda los 18,600 pesos, monto que es superado en ciertas delegaciones, como Miguel Hidalgo con un precio de 32,000 pesos o la Cuauhtémoc, que llega a una renta de 19,500 pesos.
“Ante estas condiciones salariales y la necesidad de vivir cerca de las principales zonas de trabajo, muchos optan por un esquema de departamento compartido para reducir el costo de la vivienda y así acceder a mejores lugares. Sin embargo, esta decisión debe estar contemplada bajo un presupuesto, de lo contrario, aunque sea una opción más asequible, seguirá el riesgo de quedar económicamente desprotegido”, comentó.
Por lo que al menos se tienen que considerar cinco factores para saber si un inmueble es la mejor opción para vivir, entre ellas la elaboración del presupuesto, desplazamientos, calidad de vida, comparación de precios y evitar pagar por servicios que no se ocupan.
Quintero dijo que la regla básica es la 70-30, en la que 70% del salario se asigna a vivienda, educación, salud y transporte, mientras que el restante se destina al ahorro, entretenimiento y pago de deudas.
También se debe considerar que la vivienda esté cerca del lugar donde se trabaja o estudia, por lo que también se evaluar el costo-beneficio de una colonia más alejada, pero con buena accesibilidad.
“Algunas zonas de la ciudad cuentan con precios muy competitivos, pero carecen de otros servicios que podrían afectar el alojamiento; por ejemplo, que sea una zona sin opciones de transporte público o con alta criminalidad. Tampoco hay que olvidar las ventajas de estar cerca de un supermercado, así como de sitios de recreación o de actividades deportivas”.
Aunque el avance tecnológico ha facilitado muchas actividades, no es la única opción para buscar una vivienda, en redes sociales con mucha actividad, también explorar a pie permite encontrar anuncios que no fueron publicados por medios digitales. Al final, con toda la información a la mano, se podrá comparar y decidir con mayor seguridad sobre la opción que más conviene.
“No faltarán los lugares que cuenten con facilidades, como estacionamiento, gimnasio y seguridad privada, entre otros complementos que incrementan el costo. Por eso, antes de elegir, hay que pensar si realmente se van a aprovechar estos servicios o si se puede prescindir de ellos y con eso disminuir el monto del arrendamiento”.
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Diego Rodríguez
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