viernes, 17 de enero de 2020

Bolsas de plástico y sus alternativas, ¿una mejora?

Una bolsa de plástico tarda 150 años en descomponerse. Una bolsa de tela necesita más recursos en su producción. ¿Quién da más, quién da menos?

Mi papá y yo nos encontrábamos en un restaurante que nunca habíamos ido; terminamos de comer y nos había sobrado un poco de comida, así que pedimos que lo pusieran para llevar, el mesero nos dijo que al menos que tuviéramos un recipiente con nosotros podríamos llevarnos la comida porque ya no utilizaban unicel, ni ningún plástico.

Después de un año, en este 2020, la CDMX ha acogido una nueva reglamentación en donde se han prohibido el uso de bolsas desechables por las múltiples problemáticas que se han suscitado a nivel mundial en cuestiones de contaminación. Algunos medios de comunicación y diferentes expertos han comentado que este tipo de medidas no resuelve nada, y otros aplauden y alaban esta decisión.

Varias tiendas, supermercados, inclusive puestos ambulantes han aceptado estas condiciones. Muchos de ellos han aprovechado en vender sus propias bolsas hechas de tela o yute, que son lo materiales más utilizados, como alternativa.

¿Qué tan conveniente puede llegar a ser?

Economías extranjeras han optado en vez de la prohibición la reutilización de los materiales hasta que deje de ser funcional, esto se le llama economía circular del plástico, tiene el objetivo de que los materiales vuelvan a generar ingresos hasta que sea posible convirtiéndolos en reutilizables o que produzcan energía.

Las alternativas han llegado a ser muchas, y las discusiones al respecto también.

¿Qué tan conveniente ha llegado a ser este cambio? Independientemente de las mismas reglamentaciones que la ONU a nivel mundial está exigiendo en materia de medio ambiente, el ser humano insiste en tomar las medidas económicas mayormente competitivas.

Ese día en el restaurante con mi papá me di cuenta que ese tipo de cambios de alguna u otra manera representa un daño a la comodidad y a la vida cotidiana que solemos tener. Ahora, no solo sería pensar a qué restaurante ir o qué pedir, sino también, detenerte a pensar que antes de salir de casa debes de llevar un recipiente “por si” sobra comida o una bolsa de tela “por si” vas al supermercado.

Desde mi punto de vista siempre será algo cultural, y que no importa cuántas medidas hagamos para resolver problemas que no atendimos antes, porque al final tendremos que perder algo: la comodidad, la industria del plástico, etc. Lo que hace las bolsas de tela efectivas es cuánto uso le demos en la vida práctica y qué tanto cambiemos culturalmente para hacerlo una alternativa sustentable.

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Fernanda Cázarez

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