Les comparto el mensaje que dirigí a los asambleístas del Infonavit en el marco de la 123 Asamblea:
Doctora Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación y Presidenta de la Asamblea General Ordinaria 123 del Infonavit
Representantes de los sectores Gobierno, Sindical y Empresarial
Secretario General y Jurídico del Infonavit
Trabajadoras y trabajadores del Instituto
Trabajadoras y trabajadores de México
Buenos días.
Nos reunimos una vez más en condiciones extraordinarias. Llevamos un año trabajando en estas circunstancias complejas, que nadie pudo haber anticipado y nos llena de orgullo que no hemos detenido el paso.
Las y los trabajadores del Instituto hemos puesto nuestra vocación de servicio al frente, nos comprometimos con nuestra misión y hemos acompañado a millones de familias en momentos de incertidumbre, para que el Infonavit sea un aliado que contribuya a su tranquilidad y no a su angustia.
Hago un reconocimiento especial a nuestro equipo por esto. De corazón a nuestros casi 5 mil compañeros de trabajo, muchas gracias.
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Este último año es la prueba clara de que somos una institución que cumple sus propósitos con una notable capacidad de adaptación.
De hecho, desde que iniciamos esta ruta de trabajo compartida, la vocación y la creatividad han sido las fortalezas distintivas de nuestro Instituto.
Ambas características nos permitieron transformarnos de fondo en tan solo dos años y medio, fieles al objetivo que nos fijamos en diciembre de 2018, de ser un organismo de y para los trabajadores mexicanos.
En cada una de las Asambleas efectuadas, anunciamos cambios relevantes para la vida interna, la administración y, ahora, para mejorar de forma tangible la vida de las personas.
Hoy damos el último paso en el rediseño que nos permitirá la transformación plena de nuestro funcionamiento.
Con la aprobación de las políticas de crédito y las reglas para su otorgamiento culminamos un capítulo reformista de gran calado para que el Infonavit ponga manos a la obra.
Esta aprobación es una gran noticia y una enorme responsabilidad. A partir de ahora, ya no tenemos ningún obstáculo y, por lo tanto, no hay pretexto alguno para no ofrecer soluciones a las y los trabajadores.
Inicia una etapa en la que cada opción de financiamiento será la materialización del ejercicio de derechos individuales y colectivos.
Con las resoluciones de esta Asamblea, empieza el segundo momento de nuestra transformación, enfocada, ahora en la expansión del crédito y la innovación.
Agradezco a las y los representantes sindicales, empresariales y el acompañamiento del gobierno, que nos permitieron llegar hasta aquí. Hoy, 120 días de diálogo culminan con esperanza y compromiso con el futuro.
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En particular, reconozco la encomiable labor del consejero don Carlos Aceves del Olmo, que puso todo su empeño para que la reforma llegara a buen puerto y sea representativa de las demandas históricas de los obreros mexicanos.
También destaco la labor del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Infonavit, el arquitecto y licenciado Rafael Riva Palacio Pontones que con generosidad y sensibilidad, contribuyó a alcanzar un acuerdo salarial justo y benéfico para las y los trabajadores del Instituto. Siempre ha sido un aliado en nuestra transformación interna.
Finalmente, a mis amigos Paco Cervantes, José Manuel López Campos y José Medina Mora, quienes de forma desinteresada impulsaron el pago puntual de contribuciones de los miembros de sus cámaras y reconocieron la necesidad de pensarnos como miembros de una comunidad para avanzar en el bienestar de todos.
¡Enhorabuena!
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Los cambios profundos aprobados de manera gradual en nuestro instituto han seguido la visión de gobierno que el presidente López Obrador definió al inicio de su sexenio, la cual el secretario Román Meyer está materializando con liderazgo en el sector de la vivienda y que la Secretaria Luisa Alcalde sigue consolidando en materia de derechos laborales.
En lo que va de esta administración se implementaron cambios importantes, sin precedente alguno en más de 30 años, para mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores:
– Se hizo una reforma laboral para garantizar la democracia y libertad sindical;
– Se incrementó en 40 por ciento el salario mínimo, desterrando el mito de que esta decisión por si sola generaba inflación;
– Se impulsó la reforma al sistema de pensiones que permitirá a millones de personas la posibilidad de retirarse con una pensión digna;
– Se eliminó la práctica injusta y generalizada del outsourcing, limitándolo a la subcontratación de actividades especializadas y cerrando el espacio a la simulación que durante años afectó a millones de familias en la posibilidad de formar un patrimonio;
– Y, desde luego, la reforma a la Ley del Infonavit.
Todas y cada una de estas medidas, son convicciones de un liderazgo transformador, de un gobierno auténticamente democrático y humanista -y son posibles gracias al diálogo entre los tres sectores- .
Muchas veces el acuerdo y los avances se invisibilizan ya sea por sesgos ideológicos o, en el extremo, por mezquindad. Pero los resultados son positivos e impactan en la vida de las y los trabajadores.
Los cambios implementados al interior de nuestro instituto son reflejo de la visión transformadora que se delineó al exterior.
Paulatinamente, hemos sido capaces de avanzar, juntos, en beneficio de nuestros acreditados.
En primer lugar, abandonamos de tajo la política del despilfarro. Cambiamos nuestras dinámicas, criterios y reglas para ejercer los recursos, y logramos un ahorro significativo en nuestro gasto operativo.
En segundo lugar, replanteamos nuestros indicadores de gestión. El instituto había transformado su naturaleza social para enfocarse exclusivamente en lo financiero. Por muchos años, habíamos operado como un banco y olvidamos que nuestros dueños son las y los trabajadores. Los indicadores financieros son necesarios, pero insuficientes para atender a aquellos que menos tienen, por eso aprobamos la Política de Cobranza Social.
En tercer lugar, cambiamos las reglas que garantizan que nuestras acciones se llevan a cabo con destreza técnica, ética y transparencia. Modificamos el estatuto orgánico para garantizar que las y los acreditados estuvieran al centro de nuestra labor en todo momento, aprobamos un nuevo código de ética, y transformamos las reglas de operación de los órganos colegiados.
Con estas acciones reconocimos que, para transformar al Instituto de fondo, teníamos que transformar también nuestros patrones de decisión.
Finalmente, y lo que será más relevante para la vida de la gente, modificamos la Ley del Infonavit frente al reconocimiento que, si bien en 49 años hemos otorgado más de 11 millones de créditos, seguimos lejos de nuestro objetivo.
En este proceso, estamos impulsando el diseño de productos creativos, innovadores y sustentables. Porque es falso que la única forma de ampliar nuestra operación sea a través de un subsidio a la oferta.
Hoy sabemos que muchos de los créditos otorgados servían a intereses privados, que muchas de las casas eran fachadas para enriquecimientos inmorales y que muchos de los incentivos realmente actuaban en contra de las y los trabajadores.
Las modificaciones a la Ley del Infonavit son, posiblemente, la reforma más ambiciosa en materia de inclusión financiera que ha experimentado recientemente el país.
Es una auténtica reforma liberal y garantista, pues parte del principio de confianza hacia el trabajador. Ésta hace posible el acceso a los recursos del Fondo a todo aquel que tenga una cuenta, sin importar si tiene o no una relación laboral vigente. Hace imprescriptible el derecho del trabajador o sus beneficiarios a reclamar el ahorro de su cuenta de vivienda. Asimismo, elimina restricciones institucionales que permiten expandir el crédito, estableciendo límites para no caer en los errores del pasado.
Con esta reforma, reparamos la columna vertebral de la institución.
A partir de hoy contaremos, además, con lineamientos claros para crear opciones financieras innovadoras, al tiempo que garantizamos una operación eficiente y contribuimos a la recuperación económica del país.
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Tenemos todas las herramientas legales para actuar como una institución dedicada a las y los trabajadores; una institución eficiente, transparente y comprometida con su objetivo de servir para la ampliación de derechos de la población.
Lo que sigue es redoblar el paso.
En mayo presentaremos el nuevo crédito Infonavit, que ofrecerá una tasa de interés más baja, pagos que no rebasarán un tercio del ingreso real de las personas, y una serie de seguros, reestructuras y apoyos para quienes tengan dificultades para pagar.
También aceleraremos la implementación de ConstruYO Infonavit, un crédito flexible para las personas que quieren construir su casa libremente, a su gusto y de manera colaborativa con familiares y amigos.
No solo eso, en el Infonavit de la Transformación también atenderemos a segmentos de la población históricamente olvidados.
A lo largo del año seguiremos impulsando Unamos Créditos, un programa revolucionario que ya está empezando a transformar a la industria de la vivienda en México. Así lo señala el testimonio de docenas de actores de la industria de la vivienda.
Al unir su crédito con quien quieren, las personas pueden comprar una casa más grande y mejor ubicada. Hoy son más de 50 mil créditos otorgados y el objetivo es que todos los créditos que ofrezca el Infonavit puedan ser adquiridos bajo la modalidad de Unamos Créditos.
Por otro lado, en el verano empezaremos el otorgamiento de créditos hipotecarios para policías en Yucatán y tendremos todo listo para ofrecer financiamientos a trabajadores agrícolas en estados como Jalisco y Michoacán.
También trabajamos para que en el otoño otorguemos los primeros créditos bajo el esquema Cuenta Infonavit + Crédito Bancario, que permitirá a más de un millón de trabajadoras y trabajadores independientes comprar una casa utilizando su ahorro de vivienda con el banco de su preferencia.
A todas estas opciones tenemos que sumar las que surgen de la reforma a la Ley del Infonavit y que serán la piedra angular de la transformación:
· Créditos para comprar terrenos y construcción de casas; créditos directos para dirigir la autoproducción de su vivienda; una línea para refinanciar créditos adquiridos con otra institución financiera; y, la posibilidad de adquirir un número ilimitado de créditos siempre y cuando se haya liquidado el anterior.
· Créditos claros, útiles y flexibles para más de 60 millones de personas con una subcuenta de vivienda.
Esta reforma, además, combatirá el rezago histórico de vivienda, alineándose con el Programa Nacional de Vivienda de la Sedatu, que significará un impulso a la recuperación económica y que impactará positivamente en toda la cadena de valor que genera la industria de la construcción.
Esta reforma perdurará y garantizará de manera irreversible la vocación social de nuestro Instituto.
El Infonavit vuelve a las manos de las y los trabajadores de México, y recae en las y los consejeros y asambleístas la responsabilidad de vigilar que se cumpla, además mandata a la Administración a traducir esos recursos en oportunidades para que los trabajadores formen un patrimonio como reconocimiento a su esfuerzo, en ejercicio pleno de su libertad de elegir.
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En esta Asamblea sostenemos con orgullo que hemos consolidado un Infonavit profundamente social, que da prioridad a las personas que menos tienen y les ofrece opciones flexibles para formar un patrimonio.
Un instituto que se rige por la ética y la transparencia, que combate la corrupción y el despilfarro de recursos que son de las subcuentas de vivienda de cada uno de los trabajadores mexicanos.
Somos, y hoy podemos decirlo con todas sus letras, una institución de Seguridad Social que se ocupa, sobre todo, de quienes tienen más dificultades.
Se acabaron los acuerdos a espaldas del trabajador. El día de hoy, el instituto se reconoce como aliado de la gente: cercano, solidario y transparente.
Señoras y señores:
Como pueden ver, el Infonavit es hoy más que nunca patrimonio de las y los trabajadores de México. Nuestro legado es la suma de las historias que hay detrás de cada crédito otorgado y de cada escritura entregada.
En los próximos años, nos toca garantizar que la transformación rebase nuestras expectativas.
En los próximos años tenemos que garantizar que la transformación sea palpable en el patrimonio de las y los mexicanos.
No será una tarea fácil, pero no tengo duda que será la labor más satisfactoria de nuestras vidas.
Trabajemos, en conjunto, para afirmar con convicción: le hemos cumplido a las y los trabajadores de México. Muchas gracias.